RUTA 5. A RUIDERA, POR DESPEÑAPERROS
RUTA 5
A RUIDERA, POR DESPEÑAPERROS
FICHA TÉCNICA
Distancia total: 69 kilómetros (ida y vuelta)
Distancias parciales:
- Camino de Despeñaperros: kilómetro 14.5
- Despeñaperros: kilómetro 17
- Casa de las Viñas: kilómetro 19
- Desvío almacén: kilómetro 21.2
- Casas de pastores: kilómetro 23.3
- Ruidera: kilómetro 34.5
Tiempo estimado: 4 horas
Dificultad: Media-alta
Aspectos de interés: Es esta una ruta alternativa para ir a Ruidera sin pisar un metro de carretera, por uno de los paisajes más bellos e inalterados de nuestro entorno. Además, gran parte del camino discurre por el mismo parque natural, entre espesa vegetación, a pocos metros del agua. Nos permite este recorrido conocer una de las zonas mejor conservadas del parque, con importante presencia de avifauna, especialmente acuática. Restos de molinos de agua, como el de San Luis, y centrales eléctricas como la de Miravetes, y San Alberto, junto al pueblo de Ruidera.
Como ya es costumbre tomamos, la pista asfaltada de la confederación en dirección al Pantano de Peñarroya (ruta número 1). A 14.5 kilómetros de Argamasilla, antes de llegar a la presa, nos desviaremos a la derecha por el puente que cruza el canal para, en dos kilómetros de subidas y bajadas, encontrarnos con la bonita casa de DESPEÑAPERROS (ruta número 4). Sin llegar a ella, tomaremos el primer camino que nos sale a la izquierda hasta llegar, sin posibilidad de pérdida, a la CASA DE LAS VIÑAS (kilómetro 19). Seguimos por el mismo camino que llevamos, en dirección SE, hasta ver un almacén cubierto con uralita (kilómetro 21.2) que dejaremos a nuestra espalda al tomar otro camino ascendente a la izquierda. En cuanto el camino apunta hacia abajo, deberemos tener cuidado con una primera bifurcación, tomando el camino de la derecha; después encontraremos dos desvíos más, tomando siempre aquel cuya tendencia sea de bajada. En 7 kilómetros desde la anterior referencia, llegaremos a unas casas de pastores entre grandes encinas (kilómetro 23.3), desde donde podremos contemplar, a nuestros pies, la cola del EMBALSSE DE PEÑARROYA; un precioso paisaje, que cobija una gran variedad de avifauna acuática, especialmente invernante. Descendemos al agua por una fortísima pendiente, y tomamos el camino a nuestra derecha que sigue el curso ascendente del agua, muy próximo a ella. A partir de aquí, el camino no tiene pérdida alguna; a nuestra derecha, el monte, a nuestra izquierda, primero el embalse, después el río y, por último, sucesivamente, las lagunas CENAGOSA, COLADILLA y CUEVA MORENILLA. Nada más dejar el embalse pasaremos junto a una gran casa de labor, LA MORALEJA, donde tuvo su origen el pueblo de Argamasilla.
Al llegar a la primera de las lagunas indicadas, LA CENAGOSA, casi completamente cubierta de carrizal, podremos observar el puente del Rey, mal llamado “romano”; este puente fue diseñado por Villanueva, el célebre arquitecto de Carlos III, autor del museo del Prado. Esta laguna tiene un gran interés ornitológico; entre su vegetación anidan aguiluchos laguneros, y vive el raro calamón, especie de gran gallo azul. Ya en la CUEVA MORENILLA, aparece la primera urbanización, muestra evidente de lo que nunca se debe hacer en un parque natural.
Seguimos el camino y pronto escucharemos el atronador sonido de la espectacular cascada del HUNDIMIENTO. Por encima de ella, hacia la izquierda, distinguiremos ya el pueblo de Ruidera, junto a la laguna del Rey. El parque se prolonga aguas arriba, con las más espectaculares lagunas y saltos de agua, pero habremos de dejar su visita para otra ocasión.
Tras reponer fuerzas en el pueblo -numerosos restaurantes con buena cocina típica- y visitar el Centro de Recepción del parque, emprenderemos el regreso siguiendo el mismo camino por el que hemos venido. No obstante, si nos encontramos muy cansados, o queremos cambiar de paisaje, podemos volver por la carretera, con un recorrido mucho más suave y algo más corto (30 kilómetros), el único inconveniente son los coches, especialmente en fines de semana y verano.
